SIN IR MAS LEJOS
¿Dónde
se encuentra
ese límite impreciso
entre el poema
y eso otro,
lo impronunciable,
lo indecente,
lo meramente vulgar,
lo (...) explícito?
Me faltan
las respuestas
aunque puede
existir
en mi defensa
una especie de hilo
conductor,
una pequeña
y diminuta piedra,
después otra
y aún otra quizás
hasta llegar
a ser
camino,
hasta llegar
a ser
costilla
y un vacío
a mi costado.
Y es que en todas
y cada una
de esas palabras
que he escrito
sobre
bajo
adentro
y aún más dentro
(hasta perderme en su médula,
en sus huesos,
y en la más última
de sus células)
y afuera
¿por qué no?
también,
afuera
y en torno,
acerca
de las mujeres
que nunca tuve,
que me quisieron,
a las que quise,
y esa a quien siempre
voy a amar
a la mujer
sin ir más lejos
hay siempre
una pregunta
una implícita pregunta
por su alma.
No es sólo carne
aunque haya sido
y aunque sea carne
también.